Además de proteger tu bienestar y el de tu familia, un seguro puede ayudarte a cuidar de tu patrimonio contra aquellos eventos que están fuera de tu control, ya sea porque vives en una zona sísmica o cerca del mar, o bien, habitas en una zona o territorio donde tu propiedad puede estar expuesta a mayores riesgos.
Tener un seguro de casa habitación te apoya para reparar los daños causados a tu hogar por inundaciones, heladas, erupciones o sismos, sin tener que hacer grandes sacrificios económicos o perder tu propiedad.
Puedes adquirir este seguro tanto si eres el dueño de la casa, si estás pagando tu crédito hipotecario o rentas la vivienda.
Si eres el propietario, puedes proteger la estructura de tu casa, tus muebles, ventanas, equipo de cómputo, joyas, etc.
Si rentas, puedes asegurar tus muebles, equipos de cómputo y otros objetos dentro de la propiedad que sean tuyos.
En caso de que aún estés pagando tu crédito hipotecario, el seguro te sirve como una protección adicional a la que ya tienes con tu banco o la institución financiera que te dio tu crédito.
Existen diferentes coberturas básicas y adicionales que puedes incluir en tu seguro de casa habitación, como cobertura de todo riesgo, de gastos extraordinarios, equipo electrónico, responsabilidad civil familiar, etc.
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